¿por qué psicoterapia?


Psicoterapia individual y grupal
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miércoles, 13 de abril de 2016

LOS BENEFICIOS DE LA DESOBEDIENCIA



Hay dias en que, sin pretenderlo, las cosas se alinean para señalarle algo a uno. Así lo siento yo. Me está sucediendo estos días con el tema de la desobediencia. Ayer escuchaba en un programa de radio hablar de Thoreau, de quien se dice es el padre de la desobediencia civil. Ayer también re-visionaba una entrevista al Catalán del año, que con su modestísima e improvisada ONG ha salvado más vidas de refugiados en el mar que 28 países del S. XXI, y cuenta como sus decisiones sobre el terreno allí a menudo se mueven entre lo legal y lo moral. Bueno, y para qué hablar de los "papeles de Panamá", asunto que nos pone en los morros una vez más que la ley hecha a medida para los muy ricos y/o muy poderosos y muy enfermos, permite hacer que lo inmoral sea legal.

No era consciente de estas coincidencias hasta este momento. De echo, estoy seguro de que si me quedara un ratito más evocando cosas, encontraría más hechos que demuestran mi hipótesis. Claro, ya sé que seguramente para muchos es al revés, que eso viene emergiendo desde mi inconsciente y a medida que va saliendo a la superficie de la consciencia va encontrando elementos externos donde agarrarse, para muchos otros se trata de eso de las sincronicidades y los universos cuánticos, y quizás para otros es una justificación de una de las distorsiones más típicas de mi carácter...
I don't care !! (no me importa), o mejor dicho, never mind the bollocks !!! (qué cojones importa) como en aquel disco de los Sex Pistols, (la versión mentirosa de lo que sí representaban los Clash). Mentirosa porque en los primeros era la rebeldía por la rebeldía, la pose, el anti-uniforme, lo que importaba era el "en contra de"... Mientras que en los segundos había más fundamento, un posicionamiento político y social más definido, lo que importaba era "a favor de..." (Nicaragua Sandinista, Palestina libre...). Sólo hay que fijarse en como murieron sus líderes: Sid Vicious a los 21, de sobredosis, llevaba matándose desde los 17.  Joe Strummer a los 50, de un repentino ataque al corazón (debido a una enfermedad congénita no detectada), habiendo llegado a conocer la felicidad. (Al final de este artículo os dejo el link a un interesante documental sobre este último).

Muchas son las fuentes que proclaman y advierten de los tremendos males de ser un chico o una chica desobedientes, pero todas tienen algo en común: por encima de todo quieren mantener el Status Quo, mantener las cosas como están. Y a veces las cosas no están bien. El pretendido equilibrio está muy desequilibrado, las pretendidas justicia y democracia se han convertido en dos putas a manos de unos enfermos mentales que pervierten y retuercen hasta el cinismo su significado real.

¿Qué hacer entonces? Cuando lo legal, lo institucionalizado, lo que nos dicen que debemos hacer, nos pone en las antípodas de nuestra entrega al placer, de nuestra espontaneidad y nuestra creatividad naturales, y cuando nos hace cómplices además de un funcionamiento que no es bueno ni para el amo, porque le mantiene en su sadismo y en su falta de contacto,  ni para el esclavo porque le mantiene en su masoquismo y en su olvido de sí mismo, de su ser verdadero... ¿Desobedecer no es, en ese caso, el primer y necesario paso para caminar hacia otro paradigma?

El NO es la partícula nuclear de la desobediencia. Cuando el niño o la niña aprende a decir NO en realidad está diciendo SÍ a si mismo, está diciendo -¡espera! ya lo he pillado, dame ahora un tiempo para delimitarme, para encontrar mis contornos, para individualizarme, luego seguiremos pero ahora deja de contaminarme-.

Es ahí donde la familia, como tan lúcidamente denunciaba ya hace cerca de 80 años Wilhelm Reich, actúa como célula de transmisión directa al individuo de la necesaria represión para seguir manteniendo el orden patriarcal. Pretendiendo que hace lo que debe, inocula al sujeto el virus de "haz lo correcto, lo que debes, sé una persona adaptada", y lo que queda oculto "no contactes demasiado profundamente ni contigo ni con nadie, no intentes saber quien eres en realidad ni qué es lo que tú quieres". El autoritarismo de un padre severo no es siempre el vehículo. A veces una madre empeñada en que su hijita "le coma todo el plato de lentejas" coopera mejor que el más ladrador de los generalísimos en esa misión. Claro que, cuando bajamos a ese nivel elemental de la estructura social neurótica, la cosa se mueve entre mamá e hijo/a. Ese "haz lo que debes" se convierte ahí en "hazlo por mí".

En mi práctica clínica veo a menudo esa tela de araña tejida tan sigilosamente alrededor de mi paciente, que me cuenta como esa madre se ocupa de cargarle con responsabilidades que no le corresponden, y que utiliza tan magistralmente el sentimiento de culpa y de deuda para asegurarse de que la relación con ese hijo o hija seguirá manteniendo esa forma.

Es así como una persona puede estar viviendo víctima de una dictadura, no por edulcorada menos esclavizadora, sin siquiera darse cuenta de ello.

Darse cuenta es el primer paso o al menos imprescindible, pero llegados ahí ¿qué?

Pues muchos detalles y recovecos tiene ese camino, y darse cuenta de como uno o una le cobra factura a esa madre y subterfugiamente invierte los roles hasta que en ese entramado cuesta descifrar quién depende más de quién, es uno de ellos. Pero hoy quiero reivindicar la desobediencia, no como lugar donde quedarse instalado, no como lugar desde donde cobrar una identidad igualmente trampeada "en contra de", sino como zona de tránsito, de des-apego, de "a favor mío". Aquello que quizás quedó pendiente en aquel niño o aquella niña a quien se exigió demasiado pronto que se comportara como un adulto, o que se responsabilizara de lo que en realidad le pertocaba a alguno o algunos de los adultos cercanos y que con más o menos consciencia delegaron en él/ella.

Ocurre que en ese tramo el caminante será seriamente chantajeado desde afuera y desde adentro de sí mismo. Tendrá que romper con la imagen de cumplidor, de hiper-adulto, de apoyo fiel y confiable.
Ya se sabe, las revoluciones necesitan una buena dosis de agresividad y coraje. Pero al final de esa travesía habrá una sensación de libertad y de contacto con la fuerza nunca hasta entonces experimentada, y será real. En realidad el contacto con la fuerza y con el propio deseo van a ir retroalimentándose con la desobediencia y la propia voluntad. Amor y voluntad como rezaba el título de uno de los libros más imprescindibles de la corriente humanista en psicoterapia, de Rollo May.

Así que ya sabéis, la próxima vez que os encontréis cara a cara con un niño o a un adulto "desobedientes", tened esto presente: ¿es rebeldía en busca del límite desesperadamente? ¿o es revolución ante alguna tiranía realmente manipuladora e injusta?

DESOBEDECED si queréis, sin imperativos.






Os dejo con un documental sobre un desobediente que se convirtió en todo un icono del Punk Rock Británico en los finales de los 70 y toda la década de los 80. Joe Strummer - THE CLASH


                                                         



















viernes, 22 de enero de 2016

La Consciencia de la Tierra


A veces miro el mundo desde esa fe en que todo está conectado, todo forma parte de, hay una unicidad. A veces puedo sentir la verdad de que somos una gran familia, todos somos hermanos en la gran familia humana. A veces tengo la certeza de que si pudiéramos conectarnos todos a la vez con ese sentimiento ya nos sería imposible hacer o tolerar las guerras, el hambre y tantas y tantas calamidades a las que tantos hermanos están abocados. 

Pero en mi locura a veces voy aún más allá (¿para eso sirve la locura no?), y escucho con interés la locura del otro. No hace mucho, creo que en un programa que a veces escucho en mi querida Radio 3, un señor hablaba de los árboles. En realidad todos los domingos en radio 3 hablan de árboles, en un programa tremendamente evocador que se llama "el bosque habitado" (Más abajo os dejo un enlace). Pero en ese programa me gustó mucho la idea de que los árboles son como neuronas. Se parecen mucho en su forma, pero además también están inter-conectados, forman una red, incluso bajo tierra las raíces de unos y otros se tocan y se entrelazan. Ya conocemos la tremenda función que hacen en cuanto al aporte de oxígeno o a la afirmación del terreno, (allí donde han desaparecido bosques es donde las inundaciones y las lluvias torrenciales causan más daños al producirse desprendimientos de masas de tierra enormes, pues ya no hay esa red de contención que las sujetaba).  

Pero, ¿y si además de esas funciones medioambientales insustituibles, tuvieran otras de un orden distinto?, ¿y si, efectivamente, hacen un papel similar al que hacen nuestras neuronas? Entonces cada bosque sería una área de consciencia en nuestra corteza (córtex) terrestre, donde se recoge y se elabora información, donde se toman decisiones y donde se guarda una memoria. Es decir, podríamos decir que la tierra piensa a través de las estructuras que forman los árboles, que por supuesto a la vez necesitan de un ecosistema vivo y nutricio para vivir sanamente y para ejercer sus funciones a pleno rendimiento. 

Las cicatrices que deja la deforestación entonces vendrían a ser como las manchas blancas que se observan en las resonancias en pacientes con Alzheimer, en nuestra red van apareciendo agujeros, ésta se va fragmentando, unas áreas se van desconectando de las otras, vamos perdiendo la capacidad de pensar y de tomar decisiones, vamos perdiendo la memoria... 

Pensar es una función "superior", propia de organismos con un sistema nervioso complejo, eso no quiere decir que todo lo que pensamos nos haga bien, claro está. Pensar muchas veces puede ser un acto neurótico. Hay una función de nuestro córtex en cambio, que siempre es sana: El darse cuenta. 

Un darse cuenta pleno se produce en todo el organismo, es cierto, pero la gracia es que llegue a nuestra consciencia, si no ya no sería un darse cuenta. Por tanto, nuestra consciencia no sólo elabora conocimiento por ella misma, sino que permite que aflore y se haga consciente aquello que "ya sabíamos" a un nivel inconsciente... Entonces, cuantos menos árboles, menos capacidad para que la tierra pueda darse cuenta, para que haga uso de sus instintos, para que se auto-regule desde su sabiduría organísmica... 

Así que, cuidar de los árboles, además de cuidar "los pulmones" de nuestro planeta, es cuidar su  consciencia y su capacidad de darse cuenta.

Quizás esta volada solo sea eso, una volada, pero ya avisé de mi locura, y dicen que "quien avisa no es traidor".

Un abrazo família

Para escuchar el programa pincha en el siguiente enlace: El Bosque Habitado - Radio3
Pintura de Greg A. Dunn, doctorado en Neurociencia en la Universidad de Pensylvania y admirador del arte Chino y Japonés. En su obra funde esas dos pasiones. Puede visitarse su web en www.gregadunn.com






jueves, 3 de diciembre de 2015

Mi página web




plajordi.wix.com/psicoterapia



Ya tengo página web. En ella facilito información sobre mi perfil y orientación profesional como psicoterapeuta, mis datos de contacto y alguna cosa más sobre mí. Si quieres echarle un vistazo entra al enlace de arriba. Me la he hecho yo así que se admiten críticas (c o n s t r u c t i v a s), que pueden ser por privado. Gracias!

viernes, 13 de noviembre de 2015

El Ángel Caído

El Ángel Caído nos muestra la dirección, hacia abajo y hacia adentro, hacia la sombra y las tinieblas


Led Zeppelin me atrapó hace tiempo con su Rock duro tan cromático y rico en matices. también por todo el halo que rodeaba a sus componentes, y toda la imaginería que se creó a su alrededor. Entre sus símbolos más conocidos, el ángel cayendo de su sello discográfico Swan Song, el cual provocaba un efecto casi hipnótico cuando el LP giraba en el tocadiscos, pues parecía que veías al ángel precipitándose en círculo interminablemente, mientras escuchabas aquellos temas fabulosos. (Abajo de este artículo puedes darle al PLAY)


Pero no es de Led Zeppelin de quien quiero hablar aquí, sino del propio Angel Caído. En nuestra religión Judeo-Cristiana los ángeles caídos son aquellos que pecaron, por ejemplo, sucumbiendo a la lujuria. Su máximo exponente es Satanás,  el "príncipe de las tinieblas"... y de los demonios. Pero hubo vida antes del Cristianismo. Y mucha. y también mitos y leyendas, de las que el propio Cristianismo bebió y se nutrió. 

En la antigua Grecia ya existía el término Daemon o Daimon. Pero éste término no tenía las connotaciones negativas a las que estamos acostumbrados cuando hablamos de demonios. Los Daemon eran algo así como el destino que los dioses asignaban a cada cual. Así cada cual tenía su Daemon. Pero dos de los precursores de la psicoterapia, a los que casi debemos tanto como al Sr. Freud, afinaron más aún. Platón señaló que cada cual es responsable de su propio daemon, cargándose de un plumazo eso del destino ineludible asignado por los dioses. Sócrates afinó aún más atribuyendo al daemon la autoría de nuestra voz interior, la que emana de nuestro guía interno, el habla de nuestra esencia más divina. Pero ¿dónde reside todo ese material?, ¿de dónde sale todo eso que alguna parte de nosotros sabe pero que suele mantenerse velada a nuestro conocimiento, y se nos cuela por donde puede burlar la censura de nuestra conciencia?, pongamos por caso, en nuestros sueños...  pues ese "lugar" que no es físico pero sí es psíquico, no es nada más ni nada menos que nuestro inconsciente. 

Entonces, componiendo el puzzle o rebobinando en el árbol genealógico:  Daemon - Demonio - Ángel Caído - Inconsciente. Pero andábamos fijándonos en el tercero, el que "se cae". Porque ¿de dónde se cae?, y ¿a dónde cae?



Tengamos en cuenta que no se cae de una escalera ni de un andamio, se cae del cielo, o sea, el impacto al final de la caída es considerable. Ya lo dice la sabiduría popular, "cuanto más alto sea el ascenso, más dura será la caída". Y ¿cómo se sube nuestra psique? ¿a dónde? pues al Ideal, el decorado favorito del Narcisismo, la Imagen. 

Todos tenemos una imagen, todos nos hemos forjado un ego, un Carácter, y nos aferramos a ello porque nos da "identidad", y porque más allá de esa imagen está el abismo, el vacío... Pero recordando la verdadera esencia del Angel Caído, el Daemon, tras el abismo está el encuentro con nuestro verdadero ser, despojado de la Imagen de la que debe desprenderse para encontrar su verdadera esencia, con sus potencialidades y con sus limitaciones, mitad angel y mitad demonio, mitad hijo de Dios y mitad hijo de Puta. 

El Ángel Caído nos muestra la dirección, hacia abajo y hacia adentro, hacia la sombra y las tinieblas, pues la luz donde la Imagen revolotea es luz de Neón, la luz verdadera está atravesando la oscuridad, no huyendo de ella.

Feliz caída angelitos y angelitas (por que sí, que los que no se caen no sé, pero los que se caen, sí tienen sexo).







miércoles, 21 de octubre de 2015

Como funciona la Bioenergética

Cada uno de nosotros tiene su propia biografía grabada en el cuerpo

Todo lo que vivimos, lo que sentimos y experimentamos, sucede en nuestro cuerpo y queda registrado en él. Se traduce a nuestro tono muscular, a nuestra postura y a nuestra respiración. Para comprenderlo podemos imaginar en cómo reacciona una persona determinada, por ejemplo, al ser asustada repentinamente:

Sus ojos se abren expresando miedo, su boca se tuerce con las comisuras hacia abajo y se abre en una inhalación dirigida sobretodo a la parte alta del tórax, que se expande a la vez que el estómago se encoge, así su respiración queda “cortada” a la altura del diafragma. Además su cabeza se retira ligeramente hacia atrás, tensando la musculatura de la nuca y de la parte alta de la espalda. Pero también se contraen otros músculos de su cuerpo; los de las extremidades, los glúteos…  Quizás también en algunas articulaciones  como las rodillas aparecen bloqueos...

Su reacción corporal, junto con la sensación y la emoción asociadas a esa experiencia, quedarán registradas en su memoria organísmica y celular.

Bien, congelemos esa imagen. Pensemos ahora en cual es la postura de “firmes” en un soldado... Se prevé que un soldado va a tener que enfrentarse a menudo al miedo, ¿verdad? ¿No es esa la postura que predomina en ciertas personas? ¿cómo es eso posible?

Es en nuestra más tierna infancia cuando experimentamos muchas cosas por primera vez. Recibimos estímulos de apoyo o de rechazo a nuestras conductas por parte de quienes tenemos más cerca y con quienes tenemos vínculos más significativos. Luego entramos en contacto con la escuela y sus reglas, las distintas estructuras sociales, el grupo de iguales, etc. Todos esos agentes influyen sobremanera en nosotros. Pronto aprendemos a dar salida a determinados impulsos y a reprimir y contener otros. Comenzamos a desarrollar una “imagen” formada a través de esos aprendizajes, con la que poco a poco nos iremos identificando. Vamos sacrificando lo que somos y lo que queremos en realidad, por adaptarnos, por ser aceptados, por ser queridos. Ello conllevará una manera de relacionarme conmigo y con el otro, una “postura” con la cual nos plantamos en el mundo. Esa postura interna y nuestra postura corporal van juntas, forman parte de lo mismo.  Así se va formando nuestro carácter, apoyándose y reforzándose en lo que llamamos corazaCuando decimos "postura" o "coraza" no nos estamos refiriendo para nada a algo estático, todo lo contrario. Se trata de todo un sistema defensivo con una dinámica pisco-emocional, energética y comportamental propia y que determina incluso que enfermemos de unas maneras y no de otras. 

Como funciona la Bioenergética

Cuando trabajamos sobre la parte corporal de esa coraza estamos trabajando sobre el sistema completo. Flexibilizando los distintos grupos musculares de los distintos segmentos de nuestro cuerpo y aflojando nuestros bloqueos, posibilitamos que las distintas partes de nuestro cuerpo vuelvan a conectarse y comencemos a recordar y experimentar quienes somos y qué queremos en realidad.  


Posibilitamos también que esos  segmentos corporales vayan recuperando sus funciones de sensar y expresar, que nuestro flujo energético quede más libre. De esa manera vamos teniendo un contacto más claro y más limpio con nuestras necesidades y deseos genuinos, y vamos dejando a nuestra disposición la energía y el contacto con nuestra fuerza, tan necesarias para ir a por ello.


Se trata pues de una herramienta de transformación personal muy potente.

Puede trabajarse en terapia individual pero el formato de grupo suma muchas ventajas, ya que facilita el trabajo corporal pero también el contacto con el otro, que es de vital importancia. 

Las sesiones de Bioenergética son como un viaje hacia adentro, de manera que se necesita el tiempo suficiente para silenciar nuestro ruido, entrar, abrir, contactar e integrar la experiencia. 

Es un trabajo que va haciendo sus efectos de manera sutil pero profunda.

Jordi Pla - Psicoterapeuta Clínico Integrativo y Corporal


lunes, 19 de octubre de 2015

Soltar









¿Porqué caminas con tanto esfuerzo? Le preguntó el caballo al asno.
Por el peso de las alforjas. 
¿Qué alforjas? ¡No veo que lleves ningunas!
En verdad hace meses que mi amo me las quitó 
agradeciéndome mi ayuda todos estos años, 
pero tengo tanto miedo a no saber caminar de otra manera 
que yo sigo haciendo como que las llevo cargadas…
“El peso de lo imaginario” - Idroj Alp



¿Qué nos dice el diccionario sobre el verbo SOLTAR?
Desatar o desceñir.
Desasir (lo que estaba sujeto).
Dar salida (a lo que estaba detenido o confinado).
Dar libertad (al que estaba detenido o preso).
Evacuar (el vientre) con frecuencia.
Romper en una señal de afecto (como la risa, el llanto).
Decir.
Adquirir agilidad en la ejecución de las cosas.
Abandonar el encogimiento, dándose a la desenvoltura.

¿Y cuál es su origen? El verbo soltar es una creación romance a partir del verbo suelto … a partir del latín solûtus, variante vulgar de solūtus (suelto, disuelto, libre, liberado), participio de perfecto del verbo solvêre (liberar, soltar, también a veces liberar un dinero, es decir pagar).


Qué verbo tan sugerente pues. Si miramos de que nos hablan sus definiciones vemos que tiene que ver con liberar lo que estaba retenido, con dar expresión a lo que estaba reprimido, con entregarse a lo que uno hace… nada menos.

Sin prestar atención a estas definiciones, ¿qué contestaríamos si nos preguntaran qué es lo contrario de soltar? Seguramente diríamos coger o agarrar. Pero ahora podemos observar que con esa respuesta algo no se ajusta, no acaba de encajar ¿verdad? Porque soltar parece que tiene que ver con desatascar, ya sea a nivel emocional, mental o comportamental. ¿Y qué es un atasco? Un bloqueo, algo que está impidiendo la circulación, el desarrollo, el libre fluir… Comprendiendo esto es más fácil percatarse de que el verdadero contrario de soltar tiene más que ver con algo obstructivo.., pero ¿si es algo que uno hace? ¿qué podríamos decir?
A mi me viene aferrarse. Esa es la verdadera acción opuesta a soltar.

Soltar y agarrar, agarrar y soltar, son más bien acciones complementarias, no opuestas. Como el día y la noche forman parte del mismo ciclo, como inspirar y espirar forman parte del mismo proceso, como el contacto y la retirada son dos movimientos que hacen que un encuentro sea auténtico.

Soltar pues forma parte del ciclo de la vida. No soltar entonces es muerte. Nuestro impulso de vida nos empuja siempre hacia delante. Si sentimos que ese impulso de vida está obstruido fijémonos en qué es lo que no estamos soltando, qué es eso a lo que me estoy aferrando que me impide seguir adelante, qué no me deja crecer…

Antes de soltar hay que haber agarrado. A veces no podemos soltar porque no hemos agarrado lo que necesitábamos, lo que nos era útil de ese objeto, de esa situación, de esa persona… Si nos hemos aferrado hemos suprimido algo en nosotros mismos, nos hemos hecho dependientes, nos hemos desentendido de nuestra responsabilidad. Porque esa es la diferencia entre agarrar o aferrarse, lo primero es activo, lo segundo es pasivo, tiene algo de utilitario, de parasitario.

Antes de agarrar hay que haber soltado. Si sentimos que no podemos agarrar eso que deseamos, es que he olvidado soltar antes aquello que me ocupa un lugar que necesito para lo nuevo.


¿Cómo nos damos cuenta de que hemos soltado? Cuando podemos agradecer. Porque lo que soltamos lo hemos agarrado, y lo que hemos agarrado nos ha nutrido, y a aquello que nos nutre, le estamos agradecidos.


Gracias



miércoles, 13 de mayo de 2015

Gestalt y Bioenergética
Las psicoterapias Gestalt y Bioenergética se enmarcan, entre otras, dentro de las terapias humanistas. Éstas comparten una visión común del ser humano, del origen de sus conflictos psico-emocionales, y de sus vías de sanación.

El ser humano es un organismo vivo, que no puede separase ni compartimentarse.
La neurosis, nuestra locura, es producto precisamente de esa compartimentación. Nuestro organismo se ha fraccionado, desconectando nuestra mente de nuestro cuerpo, desterrando a nuestro inconsciente  aquello que hemos tenido que reprimir, que sacrificar, resultado del conflicto entre nuestros impulsos naturales y los límites y exigencias del mundo externo.

Andamos desconectados de nuestro deseo, de nuestras necesidades originales. El precio que pagamos por esa desconexión es un vivir a medias. Tememos y desconfiamos de nuestros instintos, de nuestra intuición, de las señales que nos envía nuestro organismo.

El pensamiento, el raciocinio, a menudo actúan defensivamente para justificarnos  nuestras reacciones, nuestro sufrimiento, nuestro letargo... El cuerpo en cambio no miente. La psicoterapia Bioenergética nos da la puerta de entrada a algo en lo que la Gestalt pone también mucho énfasis: la autorregulación organísmica.

La Bioenergética es un trabajo psico-emocional que incluye el cuerpo. Tiene una fuerte base teórica, cuyos orígenes se remontan hasta el psicoanálisis, e incluye un sistema caracterial que la dota de una brújula excelente.

La Gestalt ha desarrollado un método de trabajo basado en la presencia en el aquí y ahora, en la conciencia, en responsabilizarnos de lo que nos sucede, en re-apoderarnos de nuestras potencialidades, de nuestras partes negadas.

Gestalt y Bioenergética se complementan y se enriquecen mútuamente.

Los talleres grupales de Bioenergética y Gestalt son una herramienta muy potente de auto-conocimiento y un complemento  muy efectivo para desbloquear y dinamizar nuestro proceso de desarrollo y crecimiento.